ROL DE LA FAMILIA
La
familia es el primer ámbito de la educación. No sólo es el primero en el
tiempo porque en su seno pase el ser humano los primeros años de su vida, sino
porque lo que en ella vive influye de forma importante en la formación de
su carácter, sus principios, sus valores y sus hábitos, en los que se basará su
conducta a lo largo de la vida.
En
la familia el ser humano se va formando casi sin darse cuenta y los demás
miembros de la familia, especialmente los padres, participan en este proceso
casi sin saberlo ni quererlo.
Cuando
la familia está bien constituida en una comunidad de personas donde, a pesar de
los problemas por demás normales, se conserva la armonía, el cariño y el amor,
la educación en los aspectos centrales del desarrollo personal se da casi
automáticamente.
Sin
embargo, los tiempos que vivimos exigen una mayor preparación e intencionalidad educativa en los padres, quienes son los primeros responsables de la educación
de sus hijos. Todos los padres de familia quieren lo mejor para sus hijos,
aunque algunos tengan una confusión acerca de “qué es lo mejor”. Sin embargo
los padres necesitan apoyo para cumplir debidamente su labor de educadores.
De
la familia proceden los buenos y también los malos ciudadanos. La escuela puede
hacer mucho por la educación pero nunca podrá sustituir lo que le corresponde
hacer a la familia. De ahí que resulte indispensable ofrecer a los padres de
familia los apoyos necesarios, desde la sociedad civil y desde las instancias
gubernamentales, para colaborar subsidiariamente con
ellos a fin de lograr mejores resultados. Hay que tomar en cuenta que algunos
medios de comunicación no son precisamente aliados de la educación puesto que,
aunque ofrezcan contenidos positivos, en cierta medida éstos suponen una
influencia más bien negativa para el desarrollo personal. Por eso los padres
necesitan prepararse para enseñar a sus hijos a elegir de los medios lo que
puede favorecer su crecimiento y no su deterioro como personas.
En
esto juega un papel muy importante la autoridad de los padres de familia. Se
oye por ahí que los papás de este tiempo son la “generación más obediente de la
historia” porque de niños les tocó obedecer a sus padres y ahora, que son
papás, les toca obedecer a sus hijos. Esto no puede ser así. Si los padres no
ejercen adecuadamente su autoridad para educar a sus hijos les estarán fallando
porque la autoridad tiene siempre una función de servicio y en la familia el
mejor servicio que puede prestarse a los hijos es la educación.