El gigantesco nivel de conectividad en el ciberespacio ha creado un
grado de comunicación, colaboración, acceso a intercambio de información sin
precedentes en la historia de la humanidad y de esta manera ha iniciado el
cambio cultural que marca nuestra época: el camino hacia la ‘cultura virtual’”
(Huber 2002:56).
La preocupación del uso de internet ha ido acrecentándose según el paso
de los años ya que cada vez incrementa el número de personas que utilizan el
ciberespacio. Más allá de los avances tecnológicos gratificantes, y de la gran
ayuda en diferentes aspectos que el internet nos pueda ofrecer, así mismo,
puede ser bastante peligroso para el ser humano.
En cuanto al uso informativo es
bastante benéfico, por su rapidez y por el hecho de evitar la búsqueda en
cientos de libros. Pero se debe tener en cuenta que no todo lo que se
encuentra en la red es necesariamente cierto. Así mismo los datos personales
puede ser proliferados de mala manera si es que no se mantiene un cuidado
permanente en la privacidad de ellos en páginas como facebook, hi5, my espace,
etc.
A la mayoría nos han hablado del problema del “mal uso del internet” que
se ha convertido en un inconveniente para la interacción personal. Puesto que
la relación social se está volviendo más intensa mediante dos máquinas que
físicamente. Además de lo riesgoso que puede ser el “chatear” con
alguien sin estar seguros de la identidad que describe. Lejos de los casos de
abuso de pedofilia que se cometen por engañar a sus víctimas mediante el chat,
están aquellos que miente acerca de su identidad por encajar. En lugar de
juzgarlos, sería más interesante explicar la causa que los lleva a crear una
falsa realidad de sus vidas, muchas veces idealizándolas.
Según las teorías Humanistas de
la personalidad, los seres humanos luchan por el desarrollo y crecimiento
personal, no sólo por la satisfacción de las necesidades biológicas. Es una
forma de justificar los actos de aquellos individuos que ingresan al
ciberespacio como un escape de su realidad, creando así una “realidad virtual”.
Un estudio del caso andino por Ludwing Huber señala que en Huamanga (capital de
Ayacucho), respecto al uso de internet: “Los usuarios son sobre todo jóvenes
entre 15 y 25 años (…)” (Huber 2002:57); y “la gran mayoría, sin embargo, acude
a las cabinas para chatear y revisar su correo electrónico”. Como él
describe estas ventanas de Chat, son como cuartos donde cada quien es lo que
describe ser; de cierta manera estos jóvenes se van enajenando de las
relaciones sociales físicas con referente territorial e identidad cultural.
Ingresan a ese mundo donde no tiene mucha importancia de donde sean ya que
ellos crean su origen, sus gustos, su forma de ser, su personalidad, con
el propósito de socializar, caer bien, encajar, es decir, mantener una relación
horizontal sin discriminaciones de cualquier tipo. Sobre todo, por los
esterotipos creados de la "imagen perfecta" de una persona en cuanto
a al estética y además que, en este caso, suele existir discriminación con
personas de provincia.
“Las características físicas, en cambio, son secundarias;
‘en el ciberespacio los
cuerpos no tienen influencia’ “(Bauman 1990:30).
“(…) en ese medio uno puede inventarse cualquier cosa (…)
cada cual
puede asumir personalidades de su propia creación”
(Huber 2002:61).
Donde la realidad es más una "vida virtual", una
"mejor" versión de ellos mismos.
(mejor: desde el punto de vista superficial estereotipada por los
medios)
“De acuerdo
a la Tendencia a la realización según Carl Rogers, los
seres humanos “forman imágenes de sí mismos, o autoconceptos. Del mismo modo
que tratamos de alcanzar el potencial biológico innato, también tratamos de
satisfacer el autoconcepto la conciencia de lo que somos y de lo que queremos
ser” (Morris y Maisto 2001:419). Sin embargo, muchas veces no alcanzan
esta etapa porque algunas distorsiones en su autoconcepto interfieren con el
crecimiento personal. Este último es lo que sucede con estos jóvenes que
idealizan la imagen de sí mismos y consideran al “chat una manera de soñar”
(Huber 2002:64); no obstante esta idealización de sí mismos es sumamente
superficial no tiene que ver con el desarrollo de su potencial y de sus
habilidades, las cuales es poco probable que descubran si siguen en este
contexto donde la “vida real es sólo una ventana más” (Huber
2002:67).
Sin embargo
así como Huber concluye su estudio, acerca de la reacción de estos jóvenes y la
creación de personalidades dependiendo con quien chatea, como
demasiado prematuro para reflexionar sobre el impacto de Internet en Huamanga
(Huber 2002:68). Además en cierto punto les ayuda a establecer su ‘lugar en el
mundo’ (Grompone 1999), y aprender a superar estos problemas adolescentes en
búsqueda de una identidad, para formar una personalidad de quien verdaderamente
somos.
¿cuántos hay dentro de ti?
No te enajenes de ti mismo